Sin duda alguna, una de las construcciones sacras más bellas del municipio y del Estado de Jalisco, es esta parroquia que representa la magnífica arquitectura religiosa de Tonalá. Su inicio constructivo data del siglo XVII, concluyéndose en la segunda mitad del siglo XVIII, lo que provocó que la construcción muestre estilos arquitectónicos diversos, ay que en partes es de estilo neoclásico, con toques del  gótico, del neogótico, algo de barroco y también neocolonial, aunque hay que reconocer que en conjunto hay cohesión. El interior es armonioso, todavía del estilo neoclásico; su planta es de tres naves con dos hileras cada uno de seis columnas toscanas coronadas con 21 bóvedas de arista, pintadas en color crema con molduras en oro; a los costados de las naves se elevan seis retablos corintios. El retablo actual fue diseñado en 1950 por el arquitecto y presbítero Pedro Castellanos quien fuera entonces encargado de la comisión de arte sacro de la Arquidiócesis de Guadalajara.

(Calle Pino Suórez y Pedro Moreno). Construcción de estilo neoclósico que data del siglo XVII; esta parroquia fue la segunda iglesia edificada después de la de Tetlón, en todo el Valle de Atemajac. Consta de 3 naves con techos de bóveda de arista, el retablo principal de estilo neoclósico, el acceso a la sacristía es por vano adintelado mostrando relieves, animales en clave y de vegetales a los lados, el patio del claustro con arcos de medio punto dovelados, apoyados en columnas de capitel dórico, arriba se observan górgolas con figuras de animales y humanas, su torre es de piedra de 2 cuerpos coronado con pinóculos y cupulilla; frente a la parroquia se encuentra un monumento a Pio IX.